RESEÑA: Un día casi perfecto

¡Hola, Hola! Bienvenidos a la primera entrada de #MUJERES2019, hoy vamos a hablar sobre un libro que me hizo reflexionar mucho y es ese tipo de lecturas que no suelo traer mucho por acá.

Kat es madre de dos hijos: Alex, que cada vez parece necesitarla menos, y Helli, una niña imprevisible que siempre la requiere en el momento menos oportuno. Su marido, Costas, hace meses que trabaja en Berlín y solo vuelve a casa los fines de semana, aunque precisamente este viernes debe asistir a una fiesta que celebra su empresa y no volverá.Kat elabora listas y listas de todas las cosas que tiene que hacer y así, además, se recuerda a sí misma que no es solo la chófer de sus hijos y la gestora de las crisis familiares. Pero hace dos semanas se detectó un bultito en el pecho y de pronto, no deja de preguntarse cuál será su legado si finalmente éste resulta ser fatal.En medio del caos absoluto de un día casi normal, casi perfecto, reiremos y lloraremos de la mano de esta mujer que se pregunta en qué momento de su vida dejó de mirarse, de ser vista y se volvió invisible.

Antes de contarle de qué va un poco el libro, y como esta iniciativa se basa en hablar sobre mujeres o cosas que involucren a la mujeres, vamos a comenzar por saber un poco más sobre su autora.

Mareike Krügel nació en 1977 en Kiel, Alemania, y actualmente vive en la costa del mar Báltico (norte de Alemania) junto a su familia.

Mareike Krügel

Trabaja como escritora y ha recibido bastantes premios; en 2008 se hizo con la Mención de Honor en el Festival del Libro de Nueva York por su novela Die Tochter meines Vaters, que fue publicada en 2005.

En 2003 fue reconocida también con el Premio de Escritores Emergentes de la Ciudad de Hamburgo, y el 2006 con el Premio Friedrich Hebbel.

Entre sus obras se encuentran: La Hija de mi Padre (Die Tochter meines Vaters, 2005), y La Viuda, el Maestro, el Mar (Die Witwe, der Lehrer, das Meer, 2003).

Katharina Theodoroulakis perdió a su madre con 17 años por culpa del cáncer, también a su abuela y a su prima. Tuvo que crecer un poco deprisa cuando era adolescente, pero aun así, siempre tuvo su futuro muy claro. Pero cuando estaba en la universidad conoció a Costas, y luego de hacer las cosas muy bien, quedó embarazada de Alex, su hijo mayor; un adolescente que siempre fue demasiado bueno y considerado, incluso cuando era un niño. Seis años después, cuando Kat estaba a punto de retomar su tesis para aprobar el doctorado y seguir con sus perfectos planes de futuro, llegó Helli, que tiene 11 años y un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. 

Pero a pesar de todos esos contratiempos, la vida de Katharina iba bien, hasta que pasó lo de Berenike, luego Costas se quedó sin trabajó y pasó meses encerrado en su estudio y cuando volvió a salir, dijo que se iría a trabajar a Berlín y regresaría a casa con Katharina y los niños los fines de semana.

Así es como empieza esta novela y este único día donde conoceremos el pasado de Kat y todos sus planes, y como siempre tuvo que dejarlos en un segundo plano por complacer a alguien, y el presente que no le presenta nada favorecedor. Nunca ve a su marido y cuando lo hacen, discuten. Su hijo mayor crece y la menor la necesita todo el tiempo, no puede tener un trabajo "serio" y en el trabajo que tiene, los padres le reclaman que no manda tareas, y por si fuera poco, se ha encontrado un bulto en uno de sus pechos.

Cuando leí la sinopsis de este libro se me hizo parecido a Danielle Steel, pero cuando lo tuve en mis manos y volví a leer la sinopsis, me di cuenta que nada que ver. Aun así lo empecé, y desde la página tres ya estaba enamorada de Katharina, su pesimismo por la vida y como veía la muerte en todos lados.

Sé que no suena muy bien, pero es que desde que comenzamos el día hasta que lo terminamos a esta mujer no la dejan descansar. Desde sus hijos, su marido que le manda mensajes para reconciliarse luego de la pelea rutinaria del fin de semana pasado, los padres de los niños a los cuales les da clases de música, sus vecinos y hasta la secretaria del instituto.

mar Báltico
(escenario de la novela)

Kat tiene un bulto en uno de sus pechos, pero aún no se lo ha dicho a nadie ni ha ido al médico, aun así, ella sabe que se va a morir, porque eso le pasó a todas las mujeres de su familia, y durante todo este día que dura la novela conocemos su relación con sus amigos, con su hermana, con sus vecinos y toda su familia.

Fue un personaje que me gustó mucho, no es perfecta ni intenta serlo. Es una esposa que ya no sabe cómo recuperar su matrimonio, pero tampoco está tan segura que le tenga miedo al divorcio, es una madre que es consciente que no estará para siempre junto a sus hijos y durante ese día ve sus defectos y sus virtudes, es una hermana y una amiga que debe contestar mails y llamadas por teléfono porque eso es lo que se espera de ella, aunque a veces no tenga ganas, pero cuando no tiene ganas y sabe que debe hacerlo, hace listas.

Kat hace listas para todo, tiene un cuaderno con diferentes tipos de listas (que para mí era un bullet journal de colecciones) y cualquier cosa que suceda la impulsa a crear una nueva. También es una amante de la música clásica, y da clases en una escuela para niños, aunque ella quería tener un doctorado, pero nunca terminó su tesis, porque nacieron sus hijos y su marido se quedó sin trabajo.

La importancia de la música y las listas en esta novela está muy presente, no solo porque nos muestran las listas de Kat y la autora describe muy bien las sensaciones que siente la protagonista cuando escucha una pieza, sino porque muchas veces da la sensación que la manera en la que está narrado es una lista de acontecimientos, y porque una de las cosas que se deja muy en claro es que cada uno de nosotros cantamos una canción.

De los dos hijos de Kat, mi favorita fue Helli, tal vez porque es la que más tiempo está junto a su madre, pero sentí que era una niña incomprendida por la sociedad y eso Kat lo sabe, y le molesta. Le da rabia que su hija tenga que cambiar de actividades porque los maestros no puedan con ella o porque los padres les da miedo que una niña con esa energía que no controla esté cerca de sus hijos.

Otros de mis personajes favoritos fueron los vecinos, Heinz y Theo son dos hombres trans que viven en la casa de al lado y tiene una relación muy estrecha con la familia de Kat, ya sea porque ella es demasiado amable para no echarlos de su casa cuando se instalan a sus anchas o porque al fin y al cabo, sabe que siempre pueden contar con ellos para lo que se le ofrezca. 

Fueron dos personajes muy carismáticos, y creo que la autora llevó bien el tema de la transexualidad, desde que Kat siempre se dirige a ellos en masculino hasta los comentarios mal intencionados de otras personas. 

Pero creo que una de las cosas que más me gustaron de este libro fueron las reflexiones de la protagonista. Cada cosa que sucede es un detonante para que Kat comience a reflexionar sobre su pasado o sobre las cosas que le gustaría cambiar del presente, y sí, el feminismo está presente. Pero Kat no es esa feminista que sale con la bandera o te lanza el discurso en voz alta, es esa feminista que reflexiona y se desconstruye a si misma.

"La última frase que ha dirigido a su novia parece esconder todo el anticuado y lamentable reparto de roles contra el cual esta generación tiene la oportunidad de oponerse por primera vez".

Habla mucho sobre lo perfecto que muchas veces nos parece el futuro y lo poco que nos preocupamos por el presente, porque lo que vendrá después siempre será mejor. Sobre las relaciones de los padres con los hijos, las nuevas generaciones y tecnologías, y hace muchas reflexiones sobre si misma. Se somete todo el tiempo a un análisis auto-critico, muchas veces se da coraje y otras vergüenza, pero sigue sin decir nada en voz alta.

Tiene un final sin resolución, más que nada la autora hace otra lista de acontecimientos a futuro desde la mente de Kat, una mujer que por fin decide que "si morir realmente se asemeja a quedarse dormido, entonces no hay motivo para tener miedo".

Resumiendo, lean Un día casi perfecto si quieren encontrar una historia de una mujer que te invita a reflexionar sobre la juventud y la adultez, sobre los que hacemos bien y lo que hacemos mal, y sobre si reflexionar todo el tiempo no será demasiado.

Si quieren saber más sobre el libro les dejó el link a la página de Penguin Random House.

Espero que les haya gustado y nos estamos leyendo mañana.

Bye, Bye!