#UnAñoConUrsula: Los Desposeídos

¡Hola, Hola! Hoy les traigo la reseña del primer libro de #UnAñoConUrsula, iniciativa que invita a leer a Ursula K. Le Guin durante todo el 2019. En los meses de enero y febrero se está leyendo Los Desposeídos, y es de ese libro del que vamos a hablar hoy.

Shevek, un físico brillante, originario de Antares, un planeta aislado y "anarquista", decide emprender un insólito viaje al planeta madre Urras, en el que impera un extraño sistema llamado el "propietariado". Shevek cree por encima de todo que los muros del odio, la desconfianza y las ideologías, que separan su planeta del resto del universo civilizado, deben ser derribados. En este contexto la autora explora algunos de los problemas de nuestro tiempo: la posición de la mujer en la estructura social, la complejidad de las relaciones humanas, los méritos y las promesas de las ideologías, las perspectivas del idealismo político en el mundo actual.

En esta novela que se considera la primer obra de ciencia ficción social, nos encontramos con Shevek, un físico muy reconocido, y que tiene entre manos una teoría que podía ayudar a interconectar todo el sistema solar.

En Anarres, el planeta de origen de Shevek, su teoría no tendría importancia, porque lo consideran un rebelde y un traidor, pero en Urras, el planeta al que viaja luego de ser invitado a recibir un premio, su teoría podría llegar a enfrentar diferentes gobiernos y hacer aflorar organizaciones corruptas que quieren ser propietarios, no solo de las vidas que ya tienen bajo su mando, sino del sistema solar al completo.

Voy a ser sincera desde el inicio y decir que el libro no me gustó, pero hay elementos de la crítica social que me gustaría resaltar.

Por un lado tenemos a Anarres, un planeta libre, donde todos son hermanos y todo es de todo, cada uno hace lo que quiere, y puede negarse a hacer algo que no es de su agrado, pero aun así hay un sentimiento que lleva al orden y a la obediencia. En cambio tenemos a Urras, el capitalismo representado en un palabra. Está el mundo de los ricos y el mundo de los pobres, todos tiene algo que les pertenece, todo gira en torna a las unidades que se ganan y se pueden pagar, y las mujeres tienen un papel totalmente relegado.

Estos dos mundos colisionan en Shevek. Se va de Anarres como un movimiento que lleve a la revolución mental de sus hermanos, porque comienza a cuestionarse qué tan libres son si deben obedecer para que el prójimo no piense que son unos ociosos, y a la vez, porque comienzan a censurarlo, sus teorías ya no son publicadas y si lo son, nadie las lee o no las entienden.

En Urras encuentra un lugar donde quieren escuchar lo que dice, y sin bien al principio se queda bastante maravillado con lo bello, elegante y limpio que todo se ve, cuando su mente comienza a reflexionar un poco, empieza a cuestionarse dónde está todo aquello que está mal en ese planeta, y así termina enredado en otra revolución.

Como pueden intuir, esta novela está cargada de critica hacia el capitalismo y todas sus consecuencias, también tiene un fuerte discurso feminista, y representación L(G)(B)T. Y eso me gustó, era interesante y reflexivo la manera en que la autora lo plantea, y como a pesar de que al principio parece que Anarres es el futuro que todos deseamos; una sociedad igualitaria y libre, también tiene sus defectos.

Ursula K. Le Guin

Peeero...si bien la trama suena interesante, a mí como lectora no me dejó nada. La sentí muy lineal, lenta y cuando al fin parece que se va a poner bueno, termina. Sí, tiene final abierto y no me simpatizas por eso, Ursula.

Toda la novela está narrada desde dos lineas temporales y de espacio. Por un lado tenemos a un Shevek del presente narrando desde Urras, y un Shevek de niño-adolescente contando desde Anarres. Esto ayuda a conocer las sociedades de ambos mundos, y a la vez, conocemos toda la evolución del personaje de Shevek, desde su infancia hasta que el presente se cruzan, y conocemos la situación actual, tanto de Anarres como de Urras.

Admiro esta capacidad de Ursula para contar desde dos perspectivas, porque aunque sean del mismo personaje son bastante diferentes al principio, pero a mí me costó darme cuenta que era eso lo que estaba leyendo; cada vez que comenzaba un capítulo de Anarres yo pensaba que era un sueño del Shevek del presente, y de verdad que estuve como ocho capítulos pensando eso.

Creo que el principio sea un poco lento tiene que ver con esto. La trama no comienza a avanzar con más interés hasta que ambos presentes empiezan a acercarse, y eso hace que mientras te cuenta la niñez, adolescencia y juventud de Shevek, el del presente esté bastante quieto y haciendo cosas que te muestran la sociedad de Urras, pero que a la vez se tornan aburridas.


En fin, Los Desposeídos no fue el mejor inicio para conocer a Ursula K. Le Guin, aun así voy a continuar con #UnAñoConUrsula, porque admito que la ciencia ficción no es un género que yo consuma con regularidad y tal vez eso influyó un poco, voy a seguir hasta llegar a sus libros de fantasía, si ahí esta señora y yo no congeniamos, tendré que rendirme.

Espero que les haya gustado, y perdón si la reseña no es de las mejores, pero estoy un poco desanimada de traer reseñas negativas, pero a la vez quiero cumplir con estas iniciativas, así que solo me queda cruzar los dedos para que las lecturas de febrero sean mejores.

Nos estamos leyendo.

Bye, Bye!