#UnAñoConUrsula: El nombre del mundo es bosque

¡Hola, Hola! Hoy les traigo la reseña del segundo libro de la lectura conjunta de #UnAñoConUrsula.

En el planeta Athshe, el ciclo de la vida, la cultura, las costumbres, los modos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos, pero la llegada de una expedición terrestre cambiará dramáticamente el pacífico modo de vida de los nativos del planeta. Un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre.

El nombre del mundo es bosque es una novela corta con un título muy largo, y según lo que comprendí de la información que busqué, primero fue un cuento para luego pasar a ser una novela. La edición que yo leí apenas pasaba las 150 páginas, así que no sé muy bien cómo contarles de qué va sin revelar demasiadas cosas.

Puedo empezar diciendo que nos encontramos en Athshe o Nueva Tahiti como la conocen los colonos, porque sí, este planeta ha sido colonizado para explotar su madera. Athshe es un mundo repleto de bosques y mares, con lluvias constante y está habitado por una raza de humanos similares a los simios, de baja estatura y repletos de pelo verde.

Cuando los colonos llegaron, formaron sus campamentos y comenzaron a talar los bosques, tomaron a los nativos como esclavos, aunque ellos se convencen a sí mismos que los athstianos trabajan para ellos de forma voluntaria. Pero esto llega a su fin cuando uno de los campamentos es incendiado y la supuesta paz y sumisión de los nativos se termina.

A partir de ahí, veremos una lucha entre la parte más violenta de los colonos y los nativos, y como aquellos que tienen el mando para decidir ponerle fin a la lucha, observaban desde afuera.

Lecturas de #UnAñoConUrsula

Si leyeron mi reseña anterior, saben que Los desposeídos no me gustó casi nada, pero que me pareció muy interesante todo el planteamiento de la sociedad que hacía la autora, pues en este libro me sucedió algo parecido.

Ursula K. Le Guin nos presenta una raza humana que se cree superior e invade otro planeta aprovechando que sus nativos parecen carecer de violencia. Es una novela con tres personajes claves, y me gustó los tres enfoques que la autora plantea con ellos.

Empezamos con el Capitán Davidson que representa la raza humana que se cree superior. Los capítulos narrados por este personajes, desde el punto de vista narrativo, a mí me encantaron. Tiene un vocabulario muy cercano y me recordó al típico estadounidense del oeste, es de pensamientos muy concretos y todo aquel que lo desafía es un inútil o un vendido, y él está convencido que puede deshacerse de los nativos porque son una raza inferior. Suele ponerle sobrenombres a los otros personajes y es el primero en utilizar un lenguaje despectivo con respecto a los athstianos.

Por otro lado tenemos a Selver, es un nativo que junto a su esposa fueron esclavizados como mano de obra y debido a un suceso terminó teniendo una lucha con Davidson, pero antes de que lo mataran, Lyubov lo salvó y comienza entre ellos una relación de amistad.

Selver está entre cansado y molesto, ya no quiere ver a su gente como esclava y ni como sus bosques desaparecen, así que inicia una revolución. Representa a los nativos rebeldes, pero a la vez, no es el típico ser furioso que quiere destruir todo. Su raza sigue siendo una raza pacífica, y aunque los colonos han aflorado sentimientos de violencia en ellos, siguen manteniendo esa racionalidad que al final los termina volviendo superior.

Por último tenemos a Raj Lyubov, es un científico antropólogo, que desarrolla una amistad muy sincera con Selver y el único capaz de ver a los athstianos como son en realidad, hombres e iguales a los demás. Se muestra muy interesado en su cultura y su forma de ver el mundo, aunque muchas veces no pueda llegar a comprenderlos del todo.

Y con este panorama creo que es obvio que unos de los temas más importantes que toca Ursula es la colonización y como puede repercutir en ambos participantes, tanto en los colonos como en los nativos. Ninguno de los dos fue un agente pasivo, pero al final uno tuvo que ceder.

Le encontré cierta similitud con El Planeta de los Simios y Avatar, y no dudo que ambas franquicias tomaran este relato como inspiración, y creo que si ambas películas funcionaron en su momento y esta novela ganó un Premio Hugo, podemos afirmar que todos los temas presentes siguen siendo vigentes al día de hoy.

Otro tema presente en la novela a pesar de carecer de personajes protagonistas femeninos es el feminismo. Los athstianos tienen una sociedad con toques matriarcales, mientras que los colonos usan a las mujeres como objetos de compra y venta. Para los nativos las mujeres son las que toman las decisiones porque tienen cierta inteligencia superior, pero aun así, se escucha a los hombres y no se los trata de inferiores. En cambio, para los colonos las mujeres son algo que se puede usar, llegan al planeta como rebaños para satisfacer a los hombres, y por la manera en que esto se presenta, se deja ver que las mujeres realizan todo un trabajo previo en el planeta de origen para mantenerse delgadas y de pechos firmes. 

Lo vuelvo a decir, me gusta mucho la manera en que la autora plantea todos estos temas, mi problema son sus personajes que no me llegan en los más mínimo y sus historias se me hacen aburridas. La trama que expone es interesante, pero si ganaban los colonos o los nativos, a mí me daba igual; si se moría este o aquel, también.

No sé qué es lo que está fallando entre Ursula y yo, si de verdad es que no congeniamos y ya está; o si solo tengo que leerla como autora que sabe trabajar ciertos temas y como buena creadora de worldbuilding, y olvidarme un poco de mi yo lectora. Y es que me sucede eso cuando termino sus libros, siento que mi yo escritora aprendió un montón, pero desde el punto de vista lectora, fue un libro que leí porque tenía que leer para hacer esta reseña.

Voy a seguir siendo masoquista y seguir leyéndola, porque le sigo teniendo fe a sus libros de fantasía, aunque a la vez, si eso no llegara a pasar, creo que aun así seguiría leyendo sus libros, pero ya desde la perspectiva que me funciona y no como lectora.

En fin, que El nombre del mundo es bosque es una lectura reflexiva, cortita y recomendable, y tengo que aclarar que me gustó un poquito más que Los desposeídos.

Espero que les haya gustado y nos estamos leyendo.

Bye, Bye!